¿Son necesarios los sindicatos hoy en día?
Es curioso cómo se han invertido los roles sindicato-patrón en los últimos 40 años. Los sindicatos nacieron como uniones de trabajadores que buscaban protección y representación contra prácticas injustas y arbitrarias por parte de los patrones, que al verse en una posición de poder podían tomar decisiones irracionales contra cualquier empleado. En las últimas cuatro décadas los sindicatos han tomado tanto poder y se han involucrado tanto en temas políticos y sociales que ahora son las empresas las que tienen que cuidarse de estas uniones de trabajadores. Pareciera como si lo único que escuchamos en las noticias son las muestras de poder y los berrinches de “lideres” sindicales que a voluntad pueden congelar e incluso asfixiar la vida productiva de una empresa, un sector o incluso del país mismo. Llegan a tales extremos que existen muchas empresas que tienen que cerrar sus puertas porque no se llegaron a acuerdos en la negociación del contrato colectivo; y quien termina pagándola al final son los empleados mismos que pusieron su confianza en un organismo que se comporta de forma mezquina y solo jala agua para su propio molino.
Si fuéramos a la calle y les preguntáramos a las personas el titulo mismo del libro sobre el cual estoy basándome para este blog, ¿Aún son necesarios los sindicatos? (Menéndez González, 2011), me pregunto si responderían con racionalidad o de acuerdo con los juicios de valor presentados por cada individuo según sea su posición laboral en ese momento. Si la pregunta la respondiera alguien que ha invertido sus ahorros en poner una empresa y ha tenido éxito a través del trabajo constante y duro, o un alto directivo de una empresa con muchos empleados, seguramente nos respondería que son un cáncer y que sus líderes piden cosas irreales que solo afecta la vida misma de la empresa. Por otro lado, si la pregunta se la hiciéramos a una persona que constantemente le cargan la mano con trabajo, siente que sus jefes no los toman en cuenta e incluso llegan a menospreciar su trabajo de distintas formas, seguramente responderían que los sindicatos son súper necesarios.
Esta diferencia de visión, de forma de ver las cosas, radica en los juicios personales que tenemos y que vamos heredando de las personas con las que tenemos contacto. Una de las cosas preocupantes de esta situación es que nos hemos visto involucrados en un ciclo vicioso donde jugamos a perder-perder con tal de mantener nuestra propia postura, sea cual sea. Por ejemplo, Menéndez menciona en su libro (Menéndez González, 2011, pág. 38) que “los empleados tratan a sus clientes como ellos se sienten tratados”. Si una empresa no logra tener el mismo plano de visión que sus empleados, ver las cosas desde su punto de vista por así decirlo, jamás lograra tener la empatía suficiente a la hora de tomar las decisiones fuertes y estoy trae como consecuencia resentimientos y enojos por parte de los empleados, que al final se convierte en un maltrato consciente o inconsciente hacia los clientes, que obviamente van a responder dejando de ser clientes y de esta forma pierde el empresario y también el empleado.
La toma de decisiones dentro de la empresa tiene que ser con base en las expectativas de las personas que conforman dichas empresas (Menéndez González, 2011, pág. 39), personal, clientes, accionistas y gobierno. Cada uno de estos actores espera algo del otro y ve las cosas de manera distinta. La única forma de llegar acuerdos importantes para todos es poniéndose en el lugar del otro. Alguna vez escuche que en Alemania el sindicato tenía un lugar permanente en la mesa de directores, como un socio más con el cual pueden llegar a un entendimiento. Esto es, por parte de las empresas ver a los sindicatos no como el enemigo, sino como una parte fundamental de la vida de la organización; y por parte del sindicato significa ver a la empresa como el camino y el fin para lograr la realización profesional de sus agremiados y no como la victima impotente de todo sus caprichos y extorsiones.